Lucía Zapico Fanjul (Langreo, 1981) esconde tras su enorme sonrisa las inquietudes vitales que se le acumulan. Feliz y contestataria de nacimiento y periodista vocacional, tiene ante sí el mayor reto de su vida: descifrar a Martín, su hijo con autismo. Entre las luces y las sombras encuentra tiempo para verter pensamientos en su blog
Primer pensamiento del día
Según suena el despertador: ¿Ya?
De pequeña querías ser.
Millones de cosas: cantante, veterinaria, maestra, peluquera… pero siempre mamá.
¿Qué tres cosas son las que más aprecias en los demás?
Empatía, capacidad para hacer sonreír y generosidad.
Palabra favorita.
Tengo dos: te quiero.
Si pudieras aprender algo nuevo ¿qué elegirías?
Me gustaría ser la experta más experta en autismo para poder ayudar a Martín todo y más. También: historia, literatura, música, arte…
¿Qué te hace reír?
Menos mal que muchísimas cosas: alguna trastada de Martín, chistes absurdos, yo misma y mis desastres…
¿Lo estamos haciendo bien con las nuevas generaciones?
Bien, mal… no sé. Lo que sí creo es que les estamos dando a conocer todos sus derechos, pero nos olvidamos de todos sus deberes.
Si le ponemos un termómetro a la educación reglada de nuestro país ¿qué temperatura tendría? ¿Por qué?
Teniendo en cuenta que soy mami de un niño con necesidades especiales tengo que decir que temperatura congelada. La inclusión parece ser una utopía. Si no estás en los niveles “normales” todo se convierte en lucha. Cuando, en realidad, solo exiges tus derechos, o mejor, los de tu hijo. También es justo apuntar que dentro del sistema educativo hay gente muy buena y muy comprometida.
Los niños y jóvenes de nuestro país¿ saben qué son los derechos de la infancia?
Creo que tienen la información, pero hace falta una lectura comprensiva de ellos para conocerlos.
Los padres ¿están perdidos?
¡No! No puedo hacer esa generalización.
Estamos enseñando a pensar o a obedecer instrucciones.
Qué preguntas más difíciles (risas). Creo que el nivel de sobreprotección es tan grande que no estamos enseñando a pensar. En la vida son fundamentales los errores, las caídas, el tocar fondo… de los peores momentos se extraen grandes aprendizajes. Se crece y te hace más autónomo y seguro de ti mismo. Cuando evitamos cualquier “contratiempo” a nuestros hijos no les estamos enseñando a manejar las frustración y eso puede acarrear grandes problemas para ellos.
Las redes sociales ¿degradan o enriquecen las relaciones sociales?
Las redes no hacen nada por sí mismas. Es el uso que nosotros hacemos de ellas. ¡para mí son importantísimas! Una herramienta fundamental. Primero, para mantener el contacto con gente que tengo lejos y a la que quiero. Y segundo para conocer a muchísimas personas que están pasando por lo mismo que yo con sus peques. Nos hablamos, nos apoyamos, compartimos experiencias…
Una palabra que oiga a quien la oiga siempre motiva.
Tú puedes.
Actualmente ¿cuál es la virtud más sobrevalorada?
Cualquiera que tenga que ver con la apariencia. Me da una pereza…
Con todo lo que nos rodea ¿se puede ser feliz?
Soy de las que piensa que ser feliz a “jornada completa” es irreal. Lo que realmente te hace feliz es ser consciente y valorar las pequeñas cosas que te regala el día. Un café en silencio, leer media página de un libro seguida (las mamis y papis saben de lo que hablo), una mirada de tu enano, una botellina de sidra viendo el mar…Lo malo es que creo que hay muchas personas que esperan a “mañana” para ver si llega esa felicidad, están equivocados. Es hoy, ahora.
Tú eres periodista y, por circunstancias no puedes ejercer ¿qué supone para ti?
Mejor hablo en pasado porque, aunque me encantaba mi trabajo, ya no me supone un problema. Fue duro aceptar que en Asturias no tenía cabida ni mi formación ni mi experiencia en comunicación. Sobre todo porque siempre, desde los 21, había trabajado. Pero creo que ahora, según me ha venido al vida, no habría podido conciliar ¡ni de lejos! Ahora soy pluriempleada (risas)
¿Volverías a estudiar periodismo?
¡Por supuesto! Gracias al periodismo he conocido a las personas más importantes de mi vida (además de mi familia). Además me ha facilitado vivir experiencias preciosas, sobre todo en mi trabajo en la empresa Last Lap, en Madrid. Por el trabajo en sí, pero sobre todo por el capital humano.
¿Qué cambios suceden en tu vida que no esperabas?
Mi vida en sí (risas) Todo lo que tenía planificado se ha dado la vuelta. Pero tengo que decir que, cada uno de esos cambios, de esos imprevistos, de esos “mierda, esto no tenía que haber pasado” me han hecho crecer y convertirme en alquien un poquito mejor.
He aprendido a vivir conmigo misma y a aceptar que no todo se planea, que no es poco.
¿Qué es la familia para ti?
Mi ejército, mi todo.
¿Cómo es tu futuro?
No lo veo ¡es lo bueno!. Prefiero marcarme metas cercanas, de futuro inmediato. Seguir con mi blog, Lagartijas de Regaliz, con los estudios de Logopedia, ayudando a dar pasinos a Martín.
¿Cuál era tu serie de dibujos animados favorita?
Heidi.
Si solo pudieras comprar una cosa, la que fuera ¿que comprarías?
Felicidad.
¿Con qué personaje histórico/famoso te gustaría cenar?
La Madre Teresa.
Si fueras un Plastidecor ¿qué color serías?
El verde. Pero porque lleva dos que me encantan. El amarillo: cálido. Y el azul que es el color de dos cosas que me encantan: el cielo y el mar.
¿Qué superpoder elegirías si fuera posible?
Hacer a la gente feliz solo con tocarlos.
Si tuvieras que elegir dos animales para definirte con sus nombres ¿Cuáles serían?
Perro y lagartija ¡Qué mezcla más rara!
¿Cuál es la frase de tu perfil de Whatsapp?
Siempre mirada positiva.
¿Hay vida inteligente fuera de nuestro planeta?
¡Lo importante es si la hay dentro! (risas) Es una broma, ni idea, tampoco pienso mucho en ello.
Lanza un mensaje a la humanidad.
Vivan.
Una palabra de despedida.
Gracias.
28/11/2015CometaVerdeDesayuno con
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